* La guía perfecta para no entender la vida de un expatriado, pero pueden intentarlo...

jueves, 19 de diciembre de 2013

Santa Claus is coming to town...

El otro día uno de mis potrillos salvajes me preguntó si Papá Noel también viajaba a Alemania. Por lo visto, algún amiguito/a del colegio le había dicho que no; habría que preguntarle al susodicho amiguito/a si sabe dónde está Alemania.

Pero bueno, como buen tío que soy -aunque este año haya obviado involuntariamente su fecha de cumpleaños- decidí mantener viva la ilusión y decirles que sí, que por supuesto, pero que solía venir cuando le daba la gana, normalmente unos días antes de llegar a España...

¡Venga esa capacidad inventiva para justificar el regalo que ya les he comprado!.

Vamos, que mañana regreso a España por Navidad y, claro, les llevo un regalo compensatorio por haberme olvidado de su séptimo cumpleaños. Nunca olvidaré ese "skype" en el que el otro potrillo salvaje -dulce y graciosa como ella sola- me recordaba con la mejor de sus sonrisas: "tío, no nos has felicitado todavía".

¡Tierra trágame! Este españolito es un hombre de palabras -mis queridos lectores surrealistas bien lo saben-, pero en ese momento les juro que me quedé sin las mismas. A posteriori, muy al estilo del Gran Tío Gilito (ver último capítulo), le eché la culpa a mi querida 'sister' por no habérmelo recordado...

Y es que estoy teniendo un  fin de fiestas 2013 de lo más intenso. Cuando uno pensaba que su vida estaba más o menos bajo control, va ésta y decidió dejar de estarlo. Pero bueno, como solía decir la madre que me parió: no hay mal, que por bien no venga...  

Aún estoy esperando ese bien que esté por venir, pero me imagino que llegará, que la persona mencionada siempre acertaba.

Total, que Santa Claus is coming to town... pero, ya saben, cuando le dé la gana. Me imagino que su trineo LPG tendrá que hacer una parada técnica para repostar combustible y seguro que se acaba perdiendo en este pueblucho de Alemania... del Este. Yo aprovecharé esa circunstancia para meter el regalo de mis potrillos salvajes en la maleta y rápidamente montarme en un vuelo que me lleve directo a mi querido país de origen.

"Schwager" es "El Corte Inglés" del pueblo. En la maleta sólo hay ropa, pero la bolsa va repleta de ilusión.

¡Lo cual me recuerda que todavía me tengo que aprender el villancico de este año!: Merry Christmas everyone.

Mis potrillos salvajes ya lo van cantando a los cuatro vientos -quien dice cantando dice recitando-, y me imagino que en la cena de Nochebuena, entre langostino y langostino, los tres tíos tendremos que hacerles los coros y buscar el tono perdido. Los potrillos han nacido superdotadas -cariño de tío-, pero les falta una de las dotes, la musical.

La tercera edad familiar seguro que nos mirará con cara de: "y éstos... ¿por qué narices cantarán en inglés con la cantidad de peces que hay en el río? en fin... a ver si por lo menos consiguen encontrar el tono".

La evolución lingüística musical de la especie según Darwin.

Uno nunca ha sido partidario de regalos materiales, ni de cariños comprados a golpe de tarjeta -más que nada porque uno 'selbst' sólo ha conocido el cariño gratuito- pero reconozco que este año caigo en la tentación materialista comunista, digo, consumista... y, además, sin ningún tipo de remordimiento de conciencia.

¡Venga esa tecnología avanzada para los niños de siete años!

En fin, que Santa Claus is coming to town, sí, todos de acuerdo, pero por favor que venga más a menudo y sobre todo que amplíe su campo de acción, para que todos y cada uno de los potrillos salvajes que hay sueltos por el mundo, tengan algo con lo que poder sonreir.

Y no sé porqué me da a mi que Santa Claus también es un lector surrealista...

¡Feliz Navidad!


Portal de Belén que me encontré hace dos semanas en un viaje al país vecino, todavía más al Este de mi archi-conocido pueblecillo de residencia. Atención al gallo y a lo crecidito que está el niño Jesús con su ¡¿barba con rastas?!

sábado, 7 de diciembre de 2013

Ischgl 2013

¡¡Menuda semana!!

Desde luego que lo vivido las últimas semanas será muy difícil de olvidar. Les contaré la parte final, que fue la más divertida, y así declaramos inaugurados los Juegos Olímpicos de Invierno 2013/14. ¡Viva Ischgl! ¡Viva!

¿Quién es quién?
Procedente de Spain-twelve points, aterrizaba en Frankfurt el gran Tío Gilito -caipinrihas para los amigos- un personaje inigualable e irrepetible, con el que he compartido innumerables momentos divertidos en los últimos 16 años de mi Leben. ¡Qué fort! cómo pasa el tiempo.

Desde la gélida tierra de Finlandia (Santa Claus no existe) aterrizaba la gran KKK, de apariencia tranquila, pero cuya personalidad se transforma con la pócima mágica: Salmiakki (vodka con regaliz).

Y procedente de la ex-colonia española de Bélgica (qué tiempos aquellos), llegaba el hermano de Pedro, personaje que ha sorprendido muy gratamente por su saber estar ante cualquier tipo de situaciones e imprevistos que, con el gran Tío Gilito y uno selbst juntos, siempre son difíciles de evitar.

A esto, le ponen una pizca de Teufelcillo y Pedro y ya tienen la revolución organizada.

Total, que todos reagrupados, besados y presentados, se fueron a Ischgl (Austria), y digo bien, se fueron, porque uno se tuvo que ir de compras navideñas a Londres. ¡Murphy de los cojones!

En fin, digamos que me perdí dos días de esquí. La combinación Frankfurt-London-Zurich me permitió -a Gott gracias- reengancharme a tiempo con mis amiguitos del alma en Ischgl.

Sitúense:

Mi querido Tío Gilito llegando al lujoso aeropuerto de Zurich con mi coche dañado. Por lo visto, el freno de mano eléctrico no había sido activado correctamente y, claro, el coche había tenido que frenar con la puerta abierta. En fin, como este tipo de daños colaterales entraba dentro de lo previsto -el poder de la experiencia-, lo acepté como un mal muy menor, y es que uno estaba especialmente agradecido de ver a su querido Tío Gilito perdido en el centro de Europa compartiendo un objetivo común que no era otro que llegar a Ischgl como fuera.

Y el "como fuera" casi incluyó un auto-stop nocturno a temperaturas congeladas, ya que Tío Gilito se negó a repostar en Suiza por el abusivo precio del combustible, y en nuestro intento por repostar en Austria, casi acabamos en la cuneta empujando el coche. Pero oigan, que los dos tan felices y Julito-cantarines...

Teoría de la relatividad.

Al final, no hubo necesidad de levantar el dedo pulgar, ni de empujar el coche, y conseguíamos entrar in-extremis en una gasolinera austriaca. El ahorro conseguido: 0,5eur/l. Estas vacas suizas, de verdad, qué pijas que son... ¡osea!

En Ischgl, el resto del grupo esperaba impacientemente con los brazos abiertos. La conducción ralentizada de supervivencia nos había hecho llegar con un ligero retraso, pero bueno, llegábamos al fin y al cabo, sanos y salvos. Multi-hugs o abrazos varios...

La emoción me embriagaba. Y es que, como les confesaba al principio, lo acontecido en los últimos días había conseguido sobrepasar un poquito mis normalmente inagotables límites de resistencia. Pero no se preocupen, que todo sigue estando bajo control, si es que se puede denominar "bajo control" la vida de este españolito perdido en Alemania... del Este.

Total, que la bienvenida estuvo rociada de burbujitas independentistas catalanas y la noche, más que rociada, inundada. A la mañana siguiente, se pueden imaginar ustedes, los daños colaterales se unieron al grupo: Tío Gilito ventilando vocalmente en su máximo esplendor; mi equipaje perdido no sé dónde; la electricidad del apartamento de huelga; y todos con la fórmula de la aspirina en la cabeza... Pero oigan, y las risas que nos pudimos echar...

Una vez reorganizados, desayunamos y decidimos embarcarnos a la aventura de aproximarnos a las pistas de esquí.

Tío Gilito y uno selbst fuimos enviados de avanzadilla en un taxi que compartimos con tres bellas suizas, "aber hola!" y claro, nuestra concentración se desvió del objetivo principal y acabamos abandonando el taxi en un lugar incorrecto. Ya nos ven andando por el arcén de la carretera -momento Benny Hill-, botas en mano, para llegar a la entrada principal de Ischgl, donde el resto del grupo esperaba "for ages", y con razón, impacientemente.

Pero la aventura sólo acababa de comenzar.

Cuando nos disponíamos todos a esquiar, Tío Gilito se dio cuenta de que no tenía los esquís:

Tío Gilito: "Pero Teufelcillo, dónde has puesto mis esquís??!!"
Teufelcillo: "!!!¿Pero por qué me tengo que preocupar yo por tus esquís?!!!!"

Teoría de la relatividad llevada al extremo, y este españolito sin poder evitar lagrimar de risa.

Al cabo de un rato -horas- nos pudimos reunir todos finalmente en las pistas, con los respectivos full-equipes, dispuestos a disfrutar de un espectacular día de nieve.

Ante tanto imprevisto, es cierto que hubo ciertos comentarios constructivos del resto de componentes imperfectos del grupo musical. Pues, ¿saben qué sucedió el día después?. Que va este españolito, ya casi medio alemán -por lo de organizado y planificador- y se olvidó los palitos de esquí. ¡¡¡Venga!!! Ataque de risa con tío Gilito. ¡Qué desastre!

Pero esta vez sí, ahí estaba mi queridísimo Teufelcillo, atenta como nadie -el poder de la experiencia-, palitos en mano y con la mejor de sus sonrisas...


Espectacular y refrescante concierto de inauguración de Nickelback.
Rodeados de Falete y sus amigos, dícese de elementos ebrios varios colindantes.

En resumen, les diré que fue un fin de semana, de verdad, inolvidable.

Inolvidable, porque me recordó lo orgulloso que estoy de mis raíces, y de mis amigos de toda la Leben, sí, quizás imperfectos, despistados, caóticos, pero sobre todo geniales, creativos y alegres. Y bajo mi inexacto y daltónico punto de vista, ahí reside el secreto de la verdadera inteligencia.

El lunes amanecí lleno de herpes labiales, fiebre y agotamiento físico y mental. El estrés acumulado decidía abandonar por fin mi cuerpo Serrano, no tan perfecto como el de Bellota (www.deiberica.es), pero digamos que aceptable.

Seguro que el Tío Gilito tiene otra opinión roncada, pero como todas las opiniones son respetables...

...que viva Einstein!


martes, 26 de noviembre de 2013

Party nº7

Hola, ¿qué tal?

No sé si se acordarán ustedes de la famosa en el mundo entero, o por lo menos en el pueblo entero, Party nº5...



Sí hombre sí, la gran fiesta del año de mi querido pueblecillo de Alemania...del Este, donde las grandes fortunas del lugar airean sus mejores galas en el hotel más lujoso del centro (pura definición geográfica). Para que se hagan una idea, es como un fin de carrera pero en versión adulta; no por el contenido sexual, que también, sino por las arrugas que se visualizan a lo largo de la noche. En menudo berenjenal me estoy metiendo yo solito. A ver ahora cómo salgo de él...

Bueno, lo que les quería contar realmente es que el sábado pasado viví mi particular Party nº7, vamos mi tercera party nº5. Uno es así de original, y no quiere perder la cuenta. No les desvelaré, de momento, el número de Party que me verá decir adiós a este pueblo...

¿Y a que no adivinan con quién acudí al magno evento? Pues sí, con mi comuna vecinal al completo: los Königen von Oben, la bella Julia & el croata, y los KIA. Por parte española, tuve el glamouroso acompañamiento de los progenitores de mi querida y definitivamente incorporada al juego familia numerosa. Y como estrellas invitadas, este año disfrutamos también de la presencia de mis queridos Teufelcillo y Pedro que, aún hablando alemán con un ligero y extraño acento, se integraron perfectamente en el grupo.

Vamos, que el sábado pasado formamos lo que se dice una gran cuchi-panda.

Todos, con mayor o menor acierto, lucimos nuestras mejores galas. Yo les diré que, dieciocho años después, por fin he jubilado mi traje de fin de carrera. Y todo, gracias a que Purificación García decidió cederme este verano -previo pago- uno de sus trajes de temporada. Parece que la diseñadora gallega quiere experimentar en el mercado teutón y qué mejor para lucir sus diseños, que mi hiper-trabajado cuerpo Serrano. (No se aceptan comentarios).

Total, que la noche fue muy divertida.

Siempre me alargo tanto en los prolegómenos de lo que les quiero contar, que cualquiera llega al final del blog...

Un momento de la noche. De mayor no creo que me dedique a la fotografía.

En fin, para no hacerlo muy largo, les desvelaré siete reglas básicas para un exitosa Party nº5:

- Si no se saben hacer el nudo de la corbata, no se preocupen, lo busquen en youtube. Si ven que la corbata queda muy corta, es que se habrán hecho un nudo Windsor doble y el que ustedes querían hacer era el sencillo. Las burbujitas indepentistas catalanas no ayudan, pero entretienen.

- Si beben, no busquen al fotógrafo oficial de la fiesta, y mucho menos se pongan en todos los ángulos de sus creaciones artísticas. El día después tendrán la sensación de que todas las fotos lucen el mismo color que el forro de su chaqueta. Con esto de los fotógrafos, uno ya tiene muchas tabletas; sólo le falta la tableta abdominal... 

- Si bailan con alguna desconocida con vestido asimétrico -nada por delante y todo por detrás-, déjense llevar por la música, y disfruten... Ahora, eso sí, si notan que se les rompe la suela del zapato a mitad del baile, sonrían, disimulen y no levanten mucho el pie del suelo para que la suela no se termine de romper del todo. 

- Si le piden algo al DJ, no esperen nada a cambio. Los DJs por estos lares no son especialmente empáticos con la situación y nunca, digo bien, nunca complacerán sus deseos. Este año la canción más pedida fue "matador" (con perfecto acento inglés, por si colaba). Pero no coló. Eso sí, las risas que se echarán a cambio, compensarán con creces la no consecución del objetivo.

- Si han honrado a San Mojito, y deciden compartir su oración con una bella mujer, cuenten con la posibilidad de que la bella mujer decida apropiarse de su oración, y usted tenga que empezar otra nueva.

- Si deciden extender la oración a Dioniso, o a cualquier de sus santos familiares, cuenten el número de veces que le presentan la misma persona a sus amigos. A la cuarta presentación, la conversación con la susodicha persona multi-presentada se puede tornar algo repetitiva y poco natural... Eso sí, nunca pierdan la sonrisa. 

- Y por último, si deciden abandonar el juego, siempre, siempre despídanse de sus seres queridos de manera efusiva, y tan pronto lleguen a casa no olviden inundar su cuerpo, que no su casa, con agua. Se pegarán toda la noche yendo y viniendo... pero el día después, su cerebro se lo agradecerá .

Ya ven, todo un manual para no triunfar en la Party nº5, basado no sólo en la propia experiencia. No intenten adivinar cuál o cuáles de las reglas básicas anteriores son propias y cuáles ajenas. Seguramente no acertarán, o sí, vaya usted a saber, que mis queridos lectores surrealistas son muy listos...

¿Alguien se apunta a la Party nº8?

domingo, 24 de noviembre de 2013

El Metropolitan...

... o Metropo para los amigos, fue mi queridísimo gimnasio del alma durante mi última estopa, quien dice estopa dice etapa, en mi querido país de procedencia. Allí, digamos que me dediqué a ejercitar con regularidad vespertina mi cuerpo Serrano.

Para que se hagan una idea aproximada del cuerpo Serrano que luce este españolito, les confesaré que pertenezco al grupo de los especímenes de gimnasio que, una vez terminada la primera serie, se quedan sentados en el aparato viendo la TV. Y si no es interesante lo que ponen en la TV, pues a pensar en las avutardas se ha dicho. Claro, todo hasta que viene algún miembro del otro grupo de especímenes de gimnasio -yo ando de perfil y así me veo en el espejo- y se interesa por el aparatito en cuestión.

Y digo yo, ¿no hay más aparatos libres? Con lo bonitas que son las avutardas, con su plumaje rojizo y negro y el cabezón blanco, y tan gordas que casi no pueden volar... Pero bueno, te levantas del aparato y te vas.

Eso sí, a correr por el parque con mi querido brother y al karaoke-spinning con mi querida María Jimenez no me ganaba nadie. ¡Qué tiempos aquellos! Aunque no se lo crean, de vez en cuando aún echo de menos esas tardes psico-descojono-deportivas que, además, siempre culminaban con una sesión de spa-terapia, de ésas de "me encantan las pasas".

Total, que desde que comenzó mi bloggeada expatriación -ya he perdido la cuenta de los años- me dije a mi mismo: "tengo que encontrar un gimnasio guay del Paraguay, donde poder desconectar de mi rutina perso-pueblo-profesional".

Uno ya presagiaba -ya saben que Lola me lo chiva todo- que la aventura iba a ser intensa de grado nueve en la escala Richter (el máximo es diez), y que un buen recinto deportivo podría ser muy recomendable para sobrellevarla. Presagio cumplido. Hombre, tampoco se pongan ahora a escribirme para que les adivine el futuro, porque Lola va un poco por libre; vamos que me cuenta lo que le da la gana.

Gracias a este indiscreto blog, ustedes, mis queridos lectores surrealistas, ya han conocido algunas de mis aventuras en este pueblecillo de Alemania...del Este, y sí , ha habido momentos muy divertidos. Pero si les digo la verdad, había algo etéreo que me pedía a gritos abrir nuevos horizontes. Así que abiertos están. Después de casi dos años y medio -ya he recuperado la cuenta- he encontrado mi particular Metropo teutón: ¡oe, oe, oe...!

Mientras tomaba esta foto, me viene una tía y me dice: Menos jugar con el móvil y más entrenar...

El recinto lúdico deportivo del que les hablo está situado en Erfurt. A cualquiera que se lo cuento se piensa que estoy loco. Hombre, y algo de razón no le falta. Y es que hacer 70km para ir simplemente a un gimnasio tiene su aquel. Pues sí, 70km de ida y 70km de vuelta; y tan feliz...

La semana pasada estrené el Metropo a lo grande. Me han puesto un flamante entrenador personal -me imagino porque han percibido mi relación avutardada con los aparatos del gimnasio- y oigan que, de momento, le hago caso y todo. Sebastian, el entrenador en cuestión, es un ex-ciclista profesional que lleva en sus piernas nada más y nada menos que 7 Tours de Francia, 3 Vueltas a España y 2 Giros de Italia.

Les juro que cuando me lo contaba, yo alucinaba en casi todos los colores. Me dio casi hasta vergüenza explicarle que yo también llevaba toda la vida haciendo deporte: tenis, natación, medias maratones... Me parecía todo tan nimio comparado con sus cuadriceps.

Total, que Sebastian me hizo el típico reconocimiento, control, plan de entrenamiento y todo muy guay de la Asunción (capital de Paraguay)... Y cuando me preguntó por mis objetivos, ya me ven explicándole mi deseo de complementar la actividad física semanal que, hasta la fecha, siempre se había basado en nadar y correr.

Pues ¿saben a qué me dediqué durante mi primera sesión de entrenamiento? A correr durante una hora en la cinta. ¡Manda huevos complementarios!. Y para más inri, las cintas disponen de unas bonitas pantallas planas integradas donde se pueden visualizar avutardas. ¡Lo que me faltaba!.

Pero oigan, que aún y todo, regresé a mi querido pueblo de Alemania... del Este, más feliz que una perdiz (prima de la avutarda).

Ya saben, pongan un Metropo en su vida, porque... la belleza no sólo está en el exterior.

Tschüss

domingo, 10 de noviembre de 2013

Hala, venga, tira

El viernes pasado llegué tarde al trabajo. La razón: un atasco de doscientas narices y de difícil explicación. Les cuento.

Todas las mañanas voy al trabajo por la misma ruta centro, dícese de las calles más transitadas del pueblo, para empaparme del bullicio matinal; bueno, bueno, con el bullicio... Éste lo conforman básicamente elementos de la tercera de edad paseando, de la segunda yendo a trabajar, y de la primera mono-patinando al colegio.

Para situarles un poco más les diré que el pueblo está seccionado en dos partes desiguales por una bonita y ruidosa vía de tren que, además de afear la postal del pueblo, crea las típicas comparaciones entre los que viven a uno u otro lado de la vía. Digamos que un lado está un poco más empobrecido y abandonado que el otro. Los habitantes de uno y otro lado quedan unidos por tres calles paralelas que cruzan por debajo de la vía. Aunque la distancia al trabajo es prácticamente la misma por cualquiera de las calles, este españolito decidió, ya hace mucho tiempo, cruzar siempre por la del medio, la más concurrida, por lo dicho, para respirar algo de normalidad bulliciosa matutina.

Pues hace unos meses, esa normalidad bulliciosa se transformó en pesadilla. Resulta que una de las tres calles quedó cortada por unas obras y claro, todo el mundo se vino a 'mi' calle a celebrar el amanecer. Menudo follón se montó, esta vez sí, de mil narices.

Ahí estábamos todos los coches totalmente bloqueados, sin avanzar ni un ápice y sin ningún policía que se dignara a regular el tráfico. ¡Manda huevos! Un único policía en el cruce habría resuelto el embrollo en veinte minutos. A posteriori me explicaron que la 'Polizei' del pueblo no asume la función de regular el tráfico. Y digo yo, ¿para qué están entonces?. ¿Para hacer controles a españolitos de madrugada los fines de semana?

De verdad, fue desesperante. Pero el cúmulo de la desesperación me lo produjo la falta de sangre de mis queridos conciudadanos. Oigan, ¡ni un solo pitido de coche! Bueno, esto más que falta de sangre creo que se denomina civismo, pero en ese momento, qué le voy a hacer, me acordé de todos y cada uno de los conductores colindantes, por apáticos y por faltos de sangre. Por favor, ¡que alguien haga algo!. Pues no, todos en fila indú y ya nos tocará el turno.

Uno está hecho de otra pasta y, pasadas casi ¡dos horas!, no pude aguantar más. Como diría una buena amiga, haciendo honor a su cantante favorita: ¡se acabó!. Cogí mi coche, lo aparqué en el supermercado que tenía a mi lado en ese momento, y me fui andando a trabajar. 

Este capitulo que les cuento sucedió realmente hace unos meses, y lo tenía ya prácticamente olvidado, pero es que el viernes pasado, de repente, empezó a ralentizarse paulatinamente el tráfico, y claro, uno empezó a alterarse también paulatinamente. Ya me ven en mi coche como queriendo empujar al de delante y rebuznando en perfecto español: "¡¡hala, venga, tira!!" 

Pero como se podrán imaginar, el colega "hala, venga, tira" ni se inmutó. A lo mejor debería haber dicho algo así como: "Verdapmf, fahr, los". (Disculpas a mis queridos  lectores teutones). En cualquier caso, "hala, venga, tira" y este españolito llegaron juntitos -distancia mínima de seguridad de cinco centímetros- a un punto de no retorno, en el cual todos los coches quedaron parados. " Fenomenal, ¿qué  narices habrá pasado esta vez?"

Por suerte esta vez no había pasado nada. Fue el típico embotellamiento producido por peatones que cruzan legalmente por su paso. Elementos de tráfico varios que, cuando se proliferan más de lo normal, provocan un tapón por el simple hecho de respetar las normas a rajatabla. Vamos, igualito que en España. Así que cuando me tocó a mi el turno del paso de peatones, dejé pasar a la abuela, al niño, a la madre, al perro... Me faltó bajar la ventanilla y decirle al que venía a lo lejos: "usted también, pase, pase..." (bueno, todo esto en imperfecto alemán).

Uno de los pasos de peatones ralentizadores
Superado el paso de peatones,"hala, venga, tira" y yo seguimos avanzando cual caracoles al ajillo, hasta que llegamos a otro punto de no retorno, donde un semáforo en rojo parecía querer "descojonarse" de mi. Me rendí, puse la radio a tope y, con la cabeza reposando sobre la mano, esbocé unas sonrisas. Eso sí, cuando el semáforo "cabrón" se puso verde, me faltó tiempo para pitarle a "hala, venga, tira" para que se diera un poquito de vida. No me pude aguantar, lo siento... Ya que iba a llegar tarde, por lo menos probaba si la bocina de mi coche funcionaba correctamente.

La famosa vía del tren y el semáforo "cabrón" (perdón por la expresión)

Por la noche, de regreso a casa -mi 1/3 de villa está situada en el semi-alto de una colina- el acelerador tuvo que aguantar pacientemente el peso de mi pie, que inquieto ansiaba llegar al hogar. Pues oigan, que el no-tengo-ni-idea-quién-es vecino de una villa de la calle, me hizo gestos con los brazos. Pensé: "o me está haciendo la ola en señal de bienvenida, o me está echando la bronca por subir la calle en plan rally".

No perdí mucho tiempo en la reflexión, más bien le ignoré, aunque sinceramente mi sangre me pidió mandarle a la "Scheisse".. Y digo yo, ¿por qué la gente se preocupará tanto por los demás? ¿aburrimiento? ¿control? ¿educadores viales?

En fin, la vida... y el tráfico. Que todos los problemas sean como éste, ¿verdad?

Ya saben, si conducen, tengan paciencia y, sobre todo, no "whatsapeen"... Consejos de españolito.

Hala , venga, tira... Tschüssssssss (bye bye)


domingo, 3 de noviembre de 2013

La Virgen de la Cueva

Si hace unos días les hablaba de la patrona de Zaragoza, la Virgen del Pilar, hoy quiero presentarles a la en-mi-imaginación patrona de este pueblecillo de Alemania... del Este: la Virgen de la Cueva.

Haciendo buen uso de la línea editorial característica del blog, les diré que esta santa mujer se pega todo el día tirándonos pozales y más pozales de agua. Que sí, que está genial ver llover, uno, dos, tres días... pero al cuarto, la verdad que te acuerdas de la Virgen de la Cueva y de toda su santa familia.

Desconozco la leyenda o tradición histórica que pueda explicar ese momento en el que la Virgen María saltó del Pilar a la Cueva, pero los cánticos populares no engañan y por aquí hasta aciertan: que llueva, que llueva la Virgen de la Cueva... 

Si la Virgen de la Cueva sigue este blog -mi agnosticismo me hace dudarlo- seguro que me mandaba al purgatorio de Dante, por frívolo. Pero bueno, si no queda más remedio, pues ahí que me tendría que quedar una temporada rezando a mi santoral: San Mojito, Dioniso, Mocedades etc. Eso sí que sería una "divina comedia".

Ya perdonarán mi animadversión con la lluvia, pero es que uno es del Sur -como Rafaella Carra- y es fan incondicional del astro rey. La cuestión es quejarse por algo, porque realmente este año parece que sí vamos a disfrutar -de hecho ya lo estamos haciendo- del otoño en todo su esplendor. Si recuerdan bien, el año pasado nos tragamos el invierno tan rápido que, claro, al final hubo empacho generalizado y duradero... ¡y qué mala fue la digestión!

Pero este año no. Este año las hojas se han caído a su debido momento -muy bonito todo- y el bosque rezuma, pues eso, hojas, con el consiguiente beneficio para las rodillas al poder correr sobre una acolchada y frondosa alfombra natural.




¿Sabían ustedes que el bosque de Turingia -la región donde se encuentra mi famoso pueblecillo de residencia- es conocido como el corazón verde de Alemania? Pues si no lo sabían, ya lo saben: Thüringen Wald, das grüne Herz Deutschlands (El bosque de Turingia, el corazón verde de Alemania).

En fin, que esta semana no ha sucedido nada especialmente surrealista: Niños disfrazados y enloquecidos cantando no precisamente al unísono; las floristerías vendiendo más flores que en todo el resto del año; los muertos resucitando y deambulando por las calles... Ya saben, el día a día.

Y este españolito, después de un puente de cuatro días, está más fresco que una lechuga. Y es que, algo tengo muy claro, no hay pozal de agua suficientemente grande como para recluirme en mi 1/3 de villa (no estoy muy convencido de esto que acabo de escribir).

En cualquier caso, hoy he realizado un duathlon: natación con todos los personajes típicos de la piscina -uno ya está acostumbrado a los golpes-; y por la tarde, una vez la Virgen de la Cueva ha tenido a bien dejar de tirarnos agua, he salido a correr un poco.

Los trolls apagan la luz del bosque a las 5pm, los jabalís salen a pasear y, por la seguridad vial, se hace muy recomendable buscarse caminos alternativos al corazón verde alemán. Así que nada, he disfrutado de la actividad febril del centro del pueblo un domingo por la tarde. Para que entiendan el concepto febril, les dejo una foto.



Básicamente, este españolito consigo mismo y su mecanismo, el castillo al fondo, y claro, la Virgen de la Cueva ha debido pensar: "para tirarle agua a este colgado, me guardo los pozales para otro día y así puteo a más gente". 

En fin, por la Virgen de la Cueva, para que haga un estudio geográfico en condiciones y se dedique a tirar pozales de agua allá donde haga falta, que por aquí estamos ya servidos. Por cierto, el patrón real de éste mi querido pueblecillo de Alemania.. del Este es, casualidades de la vida, San Jorge.

¡Buena semana!

domingo, 27 de octubre de 2013

Mi cumple: 37

¡El.... 3! (sonrisa congelada); ¡el...7! (sonrisa congelada); ¡37! (sonrisa congelada y movimiento de hombros). Me estoy imaginando a una 'azofaifa' del Telecupón con la bolita en la mano anunciando mi edad...

Pues sí, me han caído 37 tacos, primaveras, años, o lo que viene siendo una empieza-ya-a-ser-dilata experiencia vital. ¿Pero saben qué? Que las cuatro canas que tengo al aire, que los 37 años prometen, más que nada porque el 37 siempre ha sido y será mi número de la suerte. ¿Por qué?

Pues sencillamente porque desde mi más tierna infancia, dada la posición alfabética de mi apellido ibérico, dicho número me acompañó en clase durante todo mi periplo escolar. Así que, llegado un cierto momento de mi vida -no recuerdo cuál- decidí condecorar al 37 con el título de: mi número favorito.

¡Qué tiempos aquellos! E.G.B. Estas tres letras por si mismas podrían llenar un blog entero. ¡Anda que no ha llovido desde entonces!, sobre todo en este pueblecillo de Alemania del Este, donde prácticamente llueve todos los días, pero bueno... tranquilidad bloguera que no me voy a enrollar con esa etapa pasada de mi vida.

Así amanecía esta mañana. Esas marcas que ven en el cristal son señales de que ya toca limpiarlos...

¡37 añazos! Mare de Deu -la del Pilar que les contaba la semana pasada- cómo pasa el tiempo....

A uno no le gusta mucho mirar al pasado, pero bueno, haciendo un ejercicio de excepción, esta mañana he girado un poquito la cabeza hacia atrás y...¿saben lo que he visto?. Una mega copa de cristal con su rodaja de naranja y una sombrillita tropical. Sí, un cocktail super explosivo de sentimientos: Das Leben (la vida).

Su elaboración, compleja, requiere de todas y cada una de las personas, y digo bien, todas y cada una de las personas que, de una manera u otra, hayan pasado por la vida de cada uno de ustedes. Importante es que cada ingrediente esté en su justa medida, pero no se olviden de ninguno, porque hasta la ramita de menta decorativa juega un papel fundamental en el sabor final. Sólo tienen que extraer el mejor jugo de cada ingrediente y darle vueltas despacio, y si mientras dan vueltas, se ríen un rato... pues mejor.

¡Hale! vuelvo a mirar al frente... porque realmente lo que les quería contar hoy es que entro en los 37 años con alegría, ilusión y muchísima, muchísima esperanza.

Este año la celebración ha sido muy sencilla. Una videoconferencia -la conocida marca de videoconferencias no subvenciona el blog, así que no la nombro- con mi familia en la distancia: mi padre, que ya sabe que no vivo en Frankfurt; mi brother montañero, que tan pronto te hace una Quebrantahuesos, como te arregla un panel solar; mi cuñado, el creador de la inigualable paella "manchega"; mis adoradísimos potrillos salvajes, futuras estrellas del tenis y de la natación; y la madre que los parió (los = potrillos), sí, la de la melena ondulada y ojos verdes.

Mi querido Teufelcillo me decía el otro día: "todo el año de fiesta y cuando llega tu cumpleaños ¿¡no haces nada especial?!". Y me quedé pensando... "Pues no. Este año el cuerpo me pide relax... y si el cuerpo me lo pide, yo se lo doy". Para fiestas y eventos varios ya dispongo del resto del año, porque anda que no da de sí el año en la vida de un expatriado, y más en este pueblucho de Alemania... del Este.

Pero este fin de semana he decido rellenarlo de mente sana in corpore sano. Digamos que me he puesto a recargarme a mi 'selbst', como las pilas del coche teledirigido que siempre recargo para calmar los ánimos de la "fiera", o infante menor de mi querida familia numerosa.

Ya ven, ahora soy como un coche tele-dirigido... pero sin mando, y con un año más. Vamos, que ya no estoy en garantía.

He aquí el famoso coche tele-dirigido. Ya ven que lleva unas cuantas tiritas...

En fin, que agradezco de corazón todas las felicitaciones llegadas, por tierra, por mar y por aire. Desde la distancia, cada palabra que llega es como una inyección de energía, una sonrisa, un tiene sentido todo el esfuerzo de vivir tan lejos...

Y desde esta lejanía, o cercanía para según quién, aquí me quedo elaborando un nuevo cocktail. Esta vez estoy intentando darle vueltas más despacito para saborearlo bien, aunque a veces, sin darme cuenta, le meto unos centrifugados que no vean....

Y a ustedes, queridos lectores surrealistas, decirles que ya ha pasado un año de ésta nuestra aventura bloguera conjunta. ¡Qué rápido pasa el tiempo!. Pero oigan, que nos quiten lo bailado, lo reído, o las dos cosas a la vez. Si el año pasado auguraba un año de nieves, año de bienes..., este año con el poder mágico del 37, no tengo ninguna duda que el éxito se repetirá.

De verdad, ¡gracias por estar ahí!, y con una copita de cava en la mano brindo porque el blog siga siendo, desde éste o desde cualquier otro lugar del mundo, una fuente de sonrisas por lo menos 37 años más. Total, como yo dispongo de la extra C-vitaminada crema facial de mi sister, mi cutis debería llegar a esa edad fino y radiante...

Por ustedes, queridos lectores surrealistas. Prost! (denle, denle al play). 

viernes, 18 de octubre de 2013

P'al Pilar, sale lo mejor...

... los gigantes y la procesión. Antes de seguir leyendo, denle al "play" y si observan que su carne reacciona asemejándose a la piel de una gallina, es que ustedes han nacido o crecido en Aragón, o que simplemente a lo mejor tienen que subir la calefacción de su casa; y si no, una de dos, o no han tenido la suerte de formar parte de la historia regia de dicho territorio, o sencillamente pasan de su baile típico tradicional: la jota.

¿Por cierto, sabían ustedes cuántos cabezudos se dedican a "encorrer" o perseguir con un látigo en la mano -tradición del s. XVI- a los niños durante las fiestas del Pilar de Zaragoza?

a) 4
b) 9
c) 24
d) 7

Ésta fue una de las muchas preguntas que, en la cena conmemorativa en honor de la virgen del Pilar que tuvo lugar el sábado pasado en mi 1/3 de villa, les preparamos a todos y cada uno de los invitados. Ya ven, exportando las tradiciones y de paso dándole un toque cultural a la velada. No todo iba a girar siempre entorno a la vida de Dioniso y San Mojito, ¿no les parece?

Según la tradición, la madre de Jesucristo hizo una aparición estelar a orillas del río Ebro allá por el año 40, mientras un desanimado apóstol Santiago meditaba cabizbajo cómo reactivar su poco exitosa campaña pro-Cristianismo. Imagínense ustedes a la madre de Jesús manteniendo el equilibrio, toda digna ella, sobre un pilar o columna de jaspe, mientras animaba a Santiago a continuar con su misión. De lo que hablaran exactamente no les puedo contar mucho, pero sí parece que le pidió que se construyera una iglesia sobre aquella piedra o pilar.

Con el paso del tiempo, y tras unas cuantas reconstrucciones, aquella iglesia se convertiría en una preciosa basílica barroca, que no catedral, con sus once torres plasmando una de las postales más bonitas que se pueden presenciar hoy en día en mi querida "Spain, twelve points".



Atención pregunta: Durante la Guerra Civil Española (1936-1939) unos descerebrados intentaron destruir semejante tesoro arquitectónico -hubiera sido una pena- lanzando 3 bombas. Dos de ellas cayeron dentro del templo y una fuera del mismo, despertando de la siesta a las palomas, pero ¿cuántas de las tres palomas, digo, bombas no explotaron?

a) 0
b) 1
c) 2
d) 3

Se lo crean o no, la leyenda así lo cuenta, y tal es la devoción popular existente en la actualidad por la virgen del Pilar, que su basílica recibe cada año a millones de visitantes de todo el mundo, creyentes y no creyentes, que veneran o simplemente sienten curiosidad por aquel pilar de jaspe con el que todo comenzó. Esta veneración o curiosidad, digamos que se acentúa hasta límites insospechados todos los 12 de octubre, día de la Hispanidad, ya que Mari-Pili, además de patrona de Zaragoza, es también patrona de la Hispanidad. Ya saben...

12 octubre 1492 -> La reina Isabel de Castilla -> Cristóbal Colón -> América -> expolio etc...

Total, que ante semejante acumulación de hechos históricos de nuestras más profundas raíces, a la comunidad creciente de españolitos expatriados, residentes o visitantes de este pueblecillo de Alemania... del Este, nos dio el sábado pasado por celebrarlo a lo grande con toda la comuna teutona-vecinal.

El menú de la cena, ¡hala maño!, no pudo ser más aragonés:

Cocktail de bienvenida: Agua 'de la luna llena' de Valencia. (El Reino de Valencia, junto con los condados catalanes, también formó parte de la Corona de Aragón).

Entrantes: Queso manchego, jamón ibérico y gambas con pimientos de padrón. (Justificable, porque ya saben ustedes que la Corona de Aragón se unió al reino de Castilla con el matrimonio de Fernando the second e Isabel the first).

Primer plato: Migas aragonesas con chorizo y uvas. Este es el típico plato de los antiguos pastores, rrrriaaaa!!, que, en nuestro caso, requirió de un elaborado proceso de desaceitado y desapelmazado -por favor que no entre nadie en la cocina- antes de ser presentadas con mucho éxito a todos los invitados. ¡Milagro!

Segundo plato: Costillas de cordero a la brasa. Aunque no tan tiernas como el ternasco de Aragón D.O., digamos que también fueron engullidas con devoción.

Postre: Ensalada de fruta. La fruta no venía de Aragón, pero da igual...

Bebida: Once litros de Zurracapote, o lo que viene siendo una versión muy nuestra de la sangría de toda la vida. Como culturilla general, les diré que en todas las fiestas de los pueblos de Aragón se bebe al principio, y se salpica al final, con dicha "delicatessen" líquida.

Adivinen cuál es el Agua de Valencia y cuál el Zurracapote. La copa vacía está ahí a modo de escala.

Terminada la cena -muy digestiva ella-, y como sabíamos que en Zaragoza estaría media ciudad ofreciéndole flores a la Virgen del Pilar, nosotros decidimos también hacer nuestra particular ofrenda. Ya nos ven a todos colgando claveles sobre un precioso mural pegado en la pared que, con mucho cariño y devoción, habían preparado las baturras de mi nueva familia numerosa. La sangría ayudó a creer en ésta nuestra particular ofrenda a 1800km de distancia de la Virgen original.





El resto de la noche, se pueden hacer una idea...  Una risa detrás de la otra, y unas cuantas de ellas solapadas, y es que la autenticidad de algunos de los invitados no tuvo límite. Les dejo algunas perlas:

"El agua de Valencia no sabe a agua de Valencia, pero da igual, está muy rica"
"Te vas a dormir tu, que yo no tengo sueño".
"No me des agua, ¡que no tengo sed!... y además aún queda sangría".
"¿Pero éste que se cree?¿que estamos de Erasmus?"

En fin, desde la distancia de la expatriación, con la piel de pollo, gallina y gallo, les digo que...

¡Viva la virgen del Pilar!



Foto que me hizo llegar un muy buen amigo, de los que me hacen recordar de dónde vengo y a dónde voy...

P.D. Ah! la respuesta correcta a los cabezudos era la b) 9 y la de las bombas la c) 2. Las apariencias engañan... Tschüsssss


sábado, 5 de octubre de 2013

El Trabant

Pues sí, el día de la reunificación alemana nos dio por alquilar un Trabant y molestar a los viandantes al son del claxón del famoso cochecito. Si les parece, les cuento un poco su historia:

El Trabant -Trabbi para los amigos- fue el coche por excelencia, que no excelente, de la antigua Alemania del Este (RDA) antes de la caída del muro de Berlín (1989); para que se hagan una idea, el Seat 600 de la España pre-democrática.

Trabbi nació en un frío y oscuro día de Noviembre de 1957. Pesó 620 kilogramos y midió 3,5m de largo, 1,5m de ancho y 1,4m de alto...Vamos, la criatura no nació muy grande que digamos, eso sí, tenía un par de pulmones; ¡anda que no gritaba el condenado!

Como era hijo de papá Estado, salió en toda la prensa "libre" de la época y se convirtió rápidamente en todo un símbolo del 'yes we can' comunista. Tal fue su éxito, que se llegó a vender hasta en terreno "enemigo" -recuerden que por aquellos tiempos estaba de moda jugar a La Guerra Fría-, e incluso cuando cayó el muro, su producción continuó durante dos años más. Esto tuvo que ser toda una proeza, dada la época efervescente que arrancaba, llena de Coca-cola, McDonalds y productos occidentales varios invadiendo las calles de la extinta RDA.

Según la RAGS (Royal Academy de la Goethe Sprache) 'Trabant' significa satélite, y es que justo el mismo año en el que se empezaron a montar a mano las piezas del histórico cochecito, la antigua U.R.S.S. conseguía poner en órbita alrededor de la Tierra el primer satélite artificial de la historia: el Sputnik.

Imagínense el orgullo que representó el Sputnik en los países comunistas en los albores avanzados de la Guerra Fría: Comunismo: 1 - Capitalismo: 0

Y todo, seguramente, o por lo menos así me imagino que lo vendió la prensa "libre" de la época, gracias a una persona que ya había pasado a mejor vida: Stalin (1953).

Total, que este pedazo de austeridad mecanizada rodante, cuya carrocería estaba hecha de un compuesto de resina con fibras de algodón (Fenoplast) -era la post-guerra y el acero escaseaba- se vendió como churros, y papá y mamá Estado tuvieron que dar a luz a más de tres millones de hermanitos.

Las prestaciones de Trabbi no eran ni mucho menos para tirar Sputniks. Disponía de un motor de dos cilindros que alcanzaba los 100km/h en 21segundos; vamos, sin prisas... Y si algún loco conductor desbocado decidía seguir pisando el acelerador, Trabbi se esforzaba y te regalaba los 112km/h, eso sí, con una sed insaciable de aceite; con la gasolina cayendo al motor en plan cola de caballo -el depósito estaba, con un par, encima del motor-; y devolviéndole al medio ambiente, de manera muy generosa, su buena dosis de CO2.

Su línea de producción en la antigua RDA no debió de ser muy efectiva -por lo visto la importación del susodicho Fenoplast ralentizaba la producción- por lo cual, las listas de espera para conseguir un ejemplar llegaban a alcanzar, en algunos casos, los 10 años. Ni Justin Bieber... ¡Alucinante!

Ya ven, Trabbi y la magia del estado. Si Stalin levantara cabeza...




Me imagino a todas esas familias comunistas convencidas regalándoles papelitos a sus hijos al cumplir los 18 años: "Vale al portador por un Trabant que, con trabajo y esfuerzo, podrás recoger en 10 años".
Aunque también me puedo imaginar a los hijos de los comunistas "favoritos" saltándose por arte de magia cualquier lista de espera, y a los comunistas menos convencidos infiltrándose en el mercado negro...

Ya ven, toda una inmersión histórica en un icono de la Alemania del Este. Les puedo asegurar que su conducción a cielo abierto por los campos de Thuringia -Bundesland de mi pueblecillo- produce una mezcla de sensaciones:

Incomodidad, sordera, olor a gasolina, limpiaparabrisas que te moja, cambio de marchas rudimentario... Pero de repente, y sin saber muy bien porqué, acabas tocando el claxón a ritmo y saludando a todo el mundo con una sonrisa en la cara. Y es que, al espécimen éste  le sobra algo que le falta a la mayoría de los coches de la actualidad: carisma.

Por Trabbi, para que su esencia vuelva algún día al mundo..., y no sólo de la automoción.





jueves, 3 de octubre de 2013

Reunificación alemana

Un tal día como hoy, allá por el año 1990 -parece que fue ayer-, las dos mitades de un país roto y moribundo que dejó la Segunda Guerra Mundial, decidieron volver a darse una oportunidad y derribar cualquier tipo de muro o frontera divisoria que hubiera entre ellos. Alemania del Este (RDA) y Alemania del Oeste (RFA) se unificaban oficialmente en una única Alemania. ¡Hip hip hurra!

Realmente el muro cayó el 9 de Noviembre de 1989, pero el acuerdo oficial de reunificación se firmó el 3 de Octubre de 1990, y desde entonces se celebra esta fecha en toda Alemania.

Uno, la verdad, no es nada partidario de divisiones ni de rollos políticos independentistas, sino más bien todo lo contrario. Soy un firme convencido de D'Artagnan: uno para todos y todos para uno. Por eso me apena -y lo digo muy en serio- leer todas las noticias y tendencias nacionalistas varias, tan de moda actualmente en mi querido país de procedencia. Bajo mi daltónico e inexacto punto de vista, todo ese interés secesionista no es más que un circo político, con un inmenso trasfondo económico, que cuatro listos están sabiendo aprovechar de manera muy inteligente para atraer a las masas y para poder brindar, no con las famosas burbujitas independentistas catalanas, sino con las "que-no-se-caiga-ni-una-gota" lujosas burbujitas galas. Pero bueno, que el post de hoy no va de separación, sino de unión.

Como les iba diciendo, ese buen día de 1990, Alemania decidió dar un ejemplo al mundo -o por lo menos a esa parte del mundo que así lo quisiera ver- unificándose y saliendo adelante como un gran país unido. Con sus diferencias culturales, sí, y seguramente con muchas actitudes criticables, también, pero con una fuerza imparable basada en la unión y el respeto. Me encantan estas dos palabras: unión y respeto.

Ya saben ustedes, mis queridos lectores surrealistas, que este españolito vive en un pueblo -ciudad para mis conciudadanos- sito en una de esas dos ex-mitades, y aunque este indiscreto blog mantiene y mantendrá la denominación de Alemania... del Este, les confesaré que es un mero apunte geográfico que pretende acentuar el cariño que siento por la gente originaria de este lugar. Si en mi querida "Spain-twelve points" hay diversidad cultural, no se pueden imaginar ustedes en Alemania...

Total, que terminada la Segunda Guerra Mundial -parte de la historia mundial que me produce una tremenda tristeza- el premio gordo, Alemania, había que repartirlo y, claro, ¿qué era lo más fácil?, pues hacer un muro y dividir. La antigua U.R.S.S. se quedó con la parte oriental y, ¡hale!, todos a trabajar con la hoz y el martillo, y los aliados occidentales (U.S.A., U.K., Francia) se quedaron con la parte occidental, con el consiguiente izado de bandera capitalista. Tras el reparto, ambos bandos se lo pasaron pipa jugando como niños durante años a La Guerra Fría. Mi sistema es mejor que el tuyo. No, el mío es mejor...

A ver qué interpretación hace Ken Follet de este juego de niños en la tercera parte de su trilogía "The Century".

Entretanto, les voy a recomendar dos películas, que hace un tiempo me recomendaron a mi, y que reflejan perfectamente el estilo de vida que hubo antes y después de la reunificación alemana:

"Good bye Lenin!" y "La vida de los otros". Con la primera se reirán y con la segunda reflexionarán.

En la actualidad, sinceramente, se siguen percibiendo diferencias culturales entre los propios alemanes. Por esta zona en concreto, se puede respirar todavía cierta reminiscencia de esa sociedad soviética robotizada, donde la gente controlaba cada movimiento del vecino -no olviden que en mi querido pueblecillo de Alemania... del Este proliferan principalmente miembros de la tercera edad-. Era otra cultura, otra manera de ver la vida, en la que todo estaba controlado y gestionado por "papá Estado".

Por ejemplo, las familias no podían acceder a una casa hasta que no tenían un hijo, así que se pueden imaginar ustedes las prisas por tenerlos:

- ¿Qué tal el día cariño?
- Bien, venga dale, que tengo ganas de largarme de casa de mis padres.
- ..........
- Ich liebe dich (te quiero). 
- Ich liebe dich auch... venga, ya podemos salir a cenar.

Prisas éstas que, aún a día de hoy, en cierto modo perduran, y ya sin relación estatal directa casa/niño. Pero ya saben que cada cual es libre de bucear en su vida como le dé la gana, o cómo le hayan enseñado, y seguramente ahí resida el encanto de esta surrealista expatriación.

En fin, que llegamos al final del día de la reunificación alemana y este españolito -que ha pasado de estado civil soltero, a tener familia numerosa- se ha pegado el día bailando en el campo o camping, comiendo salchichas, bebiendo cerveza y conduciendo un Trabant, todo un símbolo de la antigua Alemania... del Este.

Ya les contaré más en el próximo capitulo...





domingo, 29 de septiembre de 2013

Burbujitas

Pongan un jacuzzi en su vida y su cuerpo se lo agradecerá. Y como ya saben aquello de "mente sana in copore sano" pues, ¡hale!, un 2X1.

A esta interesante conclusión llegué el fin de semana pasado tras pasarlo inmerso, de principio a fin y de sol a luna, en una de esas mini-piscinas llenas de burbujitas. Ver lienzo "El jacuzzi".

La inmersión acuática estuvo acompañada, como no podía ser de otra manera, de todo tipo de burbujitas de Dioniso: 1) las famosas burbujitas independentistas catalanas; 2) las "que-no-se-caiga-ni-una-gota" lujosas burbujitas galas; 3) las "al-final-todo-sabe-bien" burbujitas teutonas.

Los responsables de tan efervescente fin de semana no podían ser otros que mis queridos Teufelcillo y don Pedro, que pusieron las mejores burbujitas de todas: el jacuzzi.


"El jacuzzi". Cuatro pinceladas que pude hacer antes de comenzar la fiesta 
Como hacía tiempo que no veía a la peculiar y alegre pareja previamente mencionada, decidimos conjuntamente, y por unanimidad, organizar una cena "Spain, twelve points" pero en versión europea y ya de paso celebrar las últimas buenas nuevas acontecidas en mi 'Leben'. Situémonos:

El Astro Rey, en plan generoso, radiando a todo radiar sobre un pueblecito cercano a Frankfurt y las avispas, felices de la vida y alborotadas, de flor en flor y de boca en boca; tal cual...

Y es que, con toda la alegría del reencuentro, en mitad de una de esas típicas conversaciones españolitas en las que el solape de palabras y opiniones no dan un respiro a los contertulios, va una avispa y decidió meterse en la boca de una de las invitadas, con el consiguiente escupitajo de avispa, extracción de aguijón del paladar y susto pertinente; eso sí, todo de manera muy elegante... Venga, todos a la farmacia a comprar sustancias dopantes varias, incompatibles todas ellas con las burbujitas de Dioniso. Comenzaba bien el fin de semana...

Ya saben ustedes que Murphy es un capullín y no se pierde una.

Al poco rato, los analgésicos surgieron efecto, la víctima de la avispa se recuperó y, haciendo caso omiso de los prospectos -absténganse de hacer estos experimentos en sus casas-, todos pudimos continuar con las burbujitas y con las patadas atropelladas a Goethe, a Cervantes y a Dan Brown, digo... a Shakespeare.

Una de tantas...
El día fue avanzando, el sol dejó paso a la luna -preciosa ésta, aunque por supuesto nada que ver con la luna llena de Valencia (por si alguien tenía alguna duda)- y la fiesta continuó. Eso sí, el movimiento celeste no modificó ni un ápice el escenario en la tierra  -por lo menos en la latitud y longitud del jacuzzi protagonista- y es que ahí seguíamos todos a remojo, cuales uvas pasas, consumiendo el líquido dióxido carbonado.

Gracias Dioniso por permitir que alguien intentara, allá por el s. XVII, terminar la fermentación del vino en una botella cerrada y ésta -según mi imaginación- le explotara en toda la cara. Lo que inicialmente se conoció como el "vino del diablo" o "salta tapones", se convertiría con el tiempo y gracias a la evolución de la técnica de la fermentación (primero en cuba y segundo en botella) en nuestras queridas burbujitas de hoy en día.

Claude Moët, todo un visionario, triunfó con las burbujitas allá por el s. XVIII

En fin, que fue una velada de ensueño. Nos faltó un ápice para volver a ser testigos del relevo de luna a sol... pero no, en un cierto momento de la noche, nos pusimos los albornoces etiquetados y nos fuimos todos a dormir; cada uno en su cama y Dioniso en la de todos.

Y hablando de sueños, les diré que existe una relación de proporcionalidad directa entra las horas de jacuzzi y la profundidad del sueño. Pura matemática. La relación de pareja que tuvieran Dioniso y Morfeo la desconozco, pero seguiremos investigando.

Ya ven, que vivan las burbujitas y oigan...

¡SIEMPRE ASÍ!


domingo, 15 de septiembre de 2013

10000 leguas de viaje submarino

Bueno, realmente fueron 20000 leguas las que se recorrió el capitán Nemo en el submarino Nautilus, según la imaginación de Julio Verne. Pero como yo soy así, le diré que desde hoy llevamos recorridas 10000 leguas de viaje submarino. Por si alguien tenía alguna duda, submarino a partir de hoy significa surrealista en la jerga de nuestro blog.

¡Diez mil gracias! Eso es lo que he sentido esta mañana al despertar y darme cuenta que mi querido, indiscreto, surrealista, y difícil-de-explicar blog, había superado las 10000 visitas. ¡Alucinante!

Quién me lo iba a decir a mi, cuando el año pasado decidí arrancar esta aventura submarina, áerea y terrestre, justo el día después de mi cumpleaños. Les juro que cuando aquel buen día de nieves abrí este blog sólo tuve una motivación inicial, que no fue otra que la de dejar escrita mi vida surrealista y divertida -a veces fácil, otras menos- que la expatriación en este pueblecillo de Alemania... del Este me estaba ofreciendo. Me dije a mi 'selbst': "Algún día seguro que me reiré recordando todos estos momentos..."

Ni en mis planteamientos ni motivaciones más remotas, entraba el hacer de este blog un lugar con muchos seguidores y lectores, pero les reconozco que me ha alegrado, y mucho, ver esta mañana ese número mágico de 10000. ¿Pero saben qué es lo que más ilusión me hace de todo? cuando me llega algún comentario alusivo a las risas producidas por la lectura del blog. Impagable.

Esta semana, realmente, no ha sucedido nada digno de blog, pero oigan, que no está mal de vez en cuando un poco de tranquilidad, rutina profesional y deportiva. Unos se van, otros vuelven y este españolito, hombre de mundo, se quedará cuidando del pueblo una temporada más...

En fin, ya ven, Julio Verne se imaginó un viaje en submarino de 20000 leguas. Lola augura una vuelta al mundo algo más larga que 20000 leguas, pero si las risas durante el viaje en submarino son como las de estos dos primeros años, pues ¡qué vivan los submarinos!.

La vuelta al mundo en más de 20000 leguas...

Para aquellos de mis queridos lectores surrealistas o submarinistas que lo desconozcan (yo me incluyo entre ellos hasta haber utilizado la wikipedia) una legua= 5,6 km. Y por cierto, ¿saben que el submarino lo inventó un español, que no españolito, llamado Isaac Peral? Pues si no lo sabían, ya lo saben. Ya que miro la wikipedia, aprovecho y fardo...

Después de semejante derroche cultural, les dejo esta semana, como ya va siendo tradición, con una canción que me sube el buen rollo sobremanera cada vez que la escucho. Ya me ven corriendo por el pueblucho, con el mega smartphone blanco con restos de chocolate, y los cascos puestos, trotando-bailando al ritmo de esta canción. De hecho, en este mismo momento me voy a trotar-bailar (bueno realmente ya he vuelto).

Lo dicho, 10000 gracias y...

¡Feliz semana submarina!


miércoles, 11 de septiembre de 2013

¡Magic everywhere!

Una vez superadas las emociones de las últimas semanas, decidí evadirme de mi realidad, poner rumbo a París, y darme un baño de fantasía.

Y es que, casualmente, el pasado fin de semana -de vez en cuando a Murphy le da por realizar alguna buena acción- el núcleo duro de mi entorno familiar, potrillos salvajes incluidos, se encontraban de vacaciones en Eurodisney. Así que para allá que me fui a celebrar con ellos mis últimas buenas nuevas...

Que una persona haya conseguido crear, con lápiz y papel, un mundo lleno de magia e ilusión, que haga que millones de niños de todo el mundo, y no tan niños, entren en un estado de éxtasis alucinatorio total y absoluto es, desde luego, digno de elogio. Mis queridos potrillos salvajes -oficialmente sobrinas- son dos más de esos millones de infantes alucinados que idolatran, sin filtro alguno, a todos esos personajes irreales de Disney.

"Potrillo salvaje 1": Una mezcla entre Koala, reina de Saba y pez ventosa, es más del club de las princesas, así que en su cuchi-panda encontraremos, ¡sopresa!, a Blancanieves, Cenicienta, Rapunzel, Bella y Mini. Pero principalmente, y nadie sabe muy bien porqué, idolatra, y mucho, a Goofy, con cuya versión de peluche comparte cama todas las noches desde hace ya casi 7 años; vamos, toda su vida.

Unas mechas californianas no le quedarían mal a Rapun...
Muy mona ella... (creo que es un hada)

"Potrillo salvaje 2": Mezcla de madridista, nadadora y ciclista, es más del club de acción, así que entre sus amiguetes más destacados se encuentran Buzz Lightyear, Rayo McQueen, Spiderman -éste creo que es de otra productora- y, como se podrán imaginar, pasa olímpicamente (enhorabuena a Tokio 2020) de todas las princesas...

¡Hasta el infinito y mucho más! o algo así...
El espéctaculo de Cars espectacular, valga la redudancia.

Y sí, aunque parezca mentira, "potrillo salvaje 1" y "potrillo salvaje 2" nacieron con un minuto de diferencia.

En fin, pasemos a la acción:

Arrancamos el día a las 6:30 de la mañana (ni cuando voy a trabajar) para llegar los primeros al parque; ya saben que al que madruga Dioniso le ayuda. Pero no ibamos a ser los primeros. Unas encantadoras japonesas vestidas de japonesas tradicionales y andando, muy graciosas ellas, como buenamente podían con unas mini sandalias de madera, se nos habían adelantado. La foto confraternizadora en la puerta del parque fue inevitable, y esa noche Tokio saldría elegida como ciudad olímpica para el año 'twenty twenty'. ¿Premonición? ¿Lola? ¿Murphy? No sé, son tantas cosas extrañas las que me suceden...

Total, que nos tomamos un 'relaxing cup of café con leche' y nos lanzamos a no sé qué galaxia a ayudar a Buzz Lightyear a matar a unos muñequitos con tres ojos. Mi nave, pilotada por "potrillo salvaje 1", daba vueltas como un pirulo -parecía que nos estuviera engullendo un agujero negro- así que se podrán imaginar ustedes, que disparábamos a todos los sitios, menos a donde teníamos que disparar.

El resultado final un desastre, pero la risa contagiosa de "potrillo salvaje 1", orgullosa de su premeditado y descontrolado pilotaje galáctico, suplió el hecho de quedar últimos en el ranking. Que a Buzz Lightyear le hiciera tanta gracia como a nosotros, pues no lo sé...

A continuación pasamos a un carrusel donde unos elefantes -me imagino que descendientes de Dumbo- daban vueltas en círculo, mientras subían y bajaban sin prisa alguna. En cada carrito un adulto acompañaba a un menor. Los menores controlaban el mando de subida y bajada de los paquidermos, mientras los adultos presumíamos de Smartphones y hacíamos fotos a destajo. El día prometía emociones... y de las fuertes.

Tras varios carruseles de desmelene total y absoluto, por fin llegamos a una montaña rusa de las de verdad. Junto con la hermana de la persona que conquistó el corazón de mi sister -creo que conmigo ostenta el título de concuñada- nos adentramos a toda velocidad, y esta vez sin potrillos salvajes, en una montaña rusa cerrada y con muchos loopings 360º. De verdad, salimos los dos cual pareja de borrachos, agarrados del brazo y dando tumbos. Yo aún tuve tiempo de avistar a lo lejos un cartel en movimiento que rezaba: Space Mountain. Me dije a mi mismo, ¡nunca más!

Pero nunca digas nunca más. Sin haber hecho la digestión del Space Mountain, nos metieron a concuñada y españolito en un simulador de Star Wars, donde vimos a Bigfoot Chewbacca... Ahí sí ya, los concuñados entramos en un estado irreversible de mareo, de esos de palidez, sonrisa tonta y disimulo, entre gritos de los potrillos:

- ¡Qué chulo! ¿os gusta? ¿os gusta?-

- Nos encanta, ¡pero Chewbacca, para esto ya de una vez...! -

Y así fuimos avanzando el día, entre risas, mareos y lucimiento del móvil, hasta que, de repente, se lió la marimorena.

De un trenecito chucuchú empezaron a bajarse todos los personajes clásicos de Disney. Se podrán imaginar ustedes, queridos lectores surrealistas, que todo el mundo se puso a correr sin rumbo fijo; en plan comienzan las rebajas...  Nosotros salimos disparados a la búsqueda y captura de Goofy. Mi querido "potrillo salvaje 1", claro está, entró en un estado de nerviosismo "que me meo toa", y cuando lo encontramos, multitud de personas se agolpaban ya a su alrededor buscando la foto y el abrazo con el famoso canino.

Tantas noches compartidas, tantas conversaciones, esos momentos "no metas a Goofy en la lavadora que se marea", tantas alegrías y penas... Había llegado el momento de conocer a su compañero de fatigas, a su idolatrado Goofy.

Pero cuál fue su/mi/nuestra sorpresa cuando por fin consiguieron hacerse un hueco y aproximarse al perrito, que va éste y las empujó, tal cual, dando prioridad a otros infantes.

Las caras de mis queridos potrillos era un poema. El mito se había desvanecido de golpe y porrazo.

¡Chucho de mierda!

Lloros y desilusiones fluyeron durante los siguientes minutos por el inesperado y desafortunado momento, pero todo iba a concluir felizmente, sin foto, pero felizmente, con la frase favorita de "potrillo salvaje 1": 

- No pasa nada... no era Goofy, sólo era un hombre disfrazado como él. - 

Si se pudiera comer a una persona a besos, lo habría hecho en ese mismo instante.


Ahí ven al dichoso perrito, perdón, al hombre disfrazado de Goofy

En fin, que fue un día mágico del alba al ocaso. Un mundo de fantasía, de música, de ilusión y sobre todo de sonrisas.

Del alba...
... al ocaso.

Les dejo con la canción que ha quedado adherida a mi memoria, y eso que soy íntimo de Dory, ¿tú quién eres?. Como diría un amigo de mi querido país de procedencia:

Imagine (léase en inglés) y nunca dejen de soñar.

Ya saben, ¡magic everywhere!